En
las inmediaciones de Tam Tam plage, al sur de Marruecos, finaliza el viaje sin regreso de muchos
buques occidentales. El primer mercante aparece majestuoso ante mis ojos,
solemne en su baño de óxido, imponente en su abandono, muerto pero digno,
inaccesible en todo caso en su tumba cien metros hacia abajo en línea recta,
encallado y hosco, a los pies de un gran acantilado y sometido al inclemente
azote de las olas. Ladeado y medio hundido, el mercante parece un monumento a
la duda. ¿Por qué está ese barco ahí? ¿Qué desastre le ocurrió para que nadie
pudiera rescatarlo? ¿Acaso zozobró en una noche de tormenta y las corrientes lo
hicieron estrellarse contra los bajos del precipicio? Cualquier deseo de
descender y pasear por su interior desaparece pronto: es prácticamente inaccesible.
Además, las olas barren la cubierta, la proa es un agujero de proporciones
épicas, el mar está tan dentro como fuera.
Unos
kilómetros más adelante, en dirección sur, es decir, hacia Tarfaya, frente a
las islas Canarias, aparece en el horizonte la figura borrosa de otro
dinosaurio de los mares: también está encallado, su armazón resiste a duras
penas el castigo del mar, parece desmoronarse. ¡Un momento! ¡Allá hay otro,
lejos, muy lejos, pero visible, está en la orilla, podría incluso acercarme! El
asombro se disipa pronto porque unos cientos de metros más al sur surge tétrico
de las brumas la figura pesada de otro buque. ¡La playa está jalonada de
grandes buques! Las primeras dudas atormentan al ingenuo visitante. ¿Qué clase
de tragedia marina ha ocurrido aquí? Esparcidas por la playa reposan las tripas
de los grandes monstruos: hay tornillos enormes, manivelas oxidadas, grandes
muelles, parecen los restos de una fiesta infantil de gigantes gigantísimos que
hayan abandonado las piezas de un lego titánico, el viento cubre lentamente la
tornillería oxidada, abandonada en cualquier sitio, a merced del mismo tiempo.
Y
esto no es nada. Conforme el ingenuo viajero se dirige al sur los buques se
multiplican hasta alcanzar el colapso del cuasi infinito en la frontera de
Marruecos con Mauritania. El puerto de Nouadhibou se presenta como el culmen de
este disparate, un museo al aire libre y al mar batiente de decenas, de
cientos, hasta casi cuatrocientos, de estos buques oxidados. Dicen de él que es
el mayor cementerio de barcos del mundo aunque no llegué a pisarlo. Claro que
no hace falta ir para verlo porque se ve desde el espacio gracias a los mapas
de google, como aquí abajo o en estas fotos. Para entonces ya sé que las tripas están fuera del buque gracias a los vecinos de la zona, beduinos muchos de ellos, que se internan en los barcos abandonados para desguazarlos y vender las piezas que puedan, aprovechar otras y dejar, al fin, esparcidas por doquier las que no tienen utilidad ni mercado. Entonces ya sospecho que los buques no encallaron por ningún accidente, que están ahí a conciencia, puestos por capitanes con pocos escrúpulos y compañías con terror a las cuentas fallidas.
Según el diccionario de comercio internacional, 'cuando un barco sufre unaccidente y los gastos de reparación de los daños son incosteables para elarmador, éste puede abandonar en favor de la compañía aseguradora el buqueexigiendo el monto total en que fue asegurada la embarcación; por este hecho,la compañía adquiere la propiedad del buque, al cubrir el seguro'.
Según el diccionario de comercio internacional, 'cuando un barco sufre unaccidente y los gastos de reparación de los daños son incosteables para elarmador, éste puede abandonar en favor de la compañía aseguradora el buqueexigiendo el monto total en que fue asegurada la embarcación; por este hecho,la compañía adquiere la propiedad del buque, al cubrir el seguro'.
La
práctica del abandono de barcos no se ciñe exclusivamente al Sahara Occidental.
Según la BBC, en los poco más de 850 kilómetros de la costa de Nigeria hay cien barcos encallados pudriéndose al sol, añadiendo capas de óxido a sus partes
metálicas y contaminando su entorno. El cementerio de buques de Nouadhibo tiene
la fama de ser el más grande del mundo pero desafortunadamente no el único. En
Mauritania todo se remonta a la reconversión pesquera de principios de los años
80, cuando los barcos que no eran rentables fueron abandonados a su suerte, una
idea brillante en la mente de muchos armadores que vieron en la poca vigilancia
de la zona y la nula regularización de este tema un maná para imitar a los locales y deshacerse de
unidades ruinosas. El guión se repite en demasiadas ocasiones: el capitán
enfila proa a la playa, el barco encalla en el fondo arenoso, o en unas rocas,
la tripulación es rescatada, milagrosamente el buque está descargado, o la
carga es de poca importancia, el capitán vuela con los suyos a casa, el buque
permanecerá hasta su total desintegración en un entorno salvaje, hostil,
olvidado, porque las tareas de reflote son mayores que las del buque en sí.
Las
consecuencias son otras. Un ejemplo. La bahía de la antigua Port Etienne, la de Nouadhibou, está
ahora tan contaminada que la Unión Europea anunció un plan hace unos años para
la recuperación y limpieza integral del entorno, aunque no se ha avanzado mucho
más allá de las intenciones. Hace veinte años, en 1993, se calculó en 8.000 las
toneladas de lubrificantes que estos grandes esqueletos han lanzado al mar, y
ni siquiera hay estimación, que yo conozca al menos, de los metales pesados, amianto y combustible.
Así
está ahora la bahía: pulsa aquí. No he llegado a pisar Nouadhibou porque mi viaje acabó kilómetros antes pero con el puñado de buques varados en la
costa saharaui tengo suficiente para intuir la magnitud de la catástrofe. Si no estamos locos, estamos muy cerca de
estarlo.
©José Luis Sánchez Hachero
sanchezhachero@hotmail.com
losmundosdehachero@gmail.com
Compañeros, amigos, camaradas: Ya es hora que pongamos fin a la desastrosa monarquía española, traidora, liquidadora. Hay que restaurar los saharauis al seno patrio, así como el Sahara y todos sus recursos y ponerlos a disposición del pueblo español, único propietario, traicionado por los dirigentes españoles, franceses, ingleses y norteamericanos. Fin a los Bárbaros. Sun Brider 231212
ResponderEliminarMás a la cárcel. La monarquía al exilio, los partidos del monarca disueltos y sus dirigentes perseguidos. Las leyes, TODAS, a revisión, y el pueblo, al reconocimiento y al poder. Los ciudadanos deben poder participar sin necesidad de partido. El más votado para presidente y así has ocupar los escaños. Suprimidos todos los cargos de designación. Sun Brider 211212
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EliminarUd. de Español no tiene nada. Debe de ser un pagado para escribir tamaña sarta de estupideces , subversivas. Delicuentes como Ud. siempre los hubo y estan, por desgracia dentro de España. Esta completamente loco aunque Ud no lo crea. lo menos que le puedo llamar es lo que nunca le han llamado o dicho...."Persona Honrada y Trabajadora"........
Eliminar"No olvidéis que los enemigos de España y de la Civilización Cristiana están alerta". Parece increíble que hace ya treinta y dos años, el Caudillo nos advirtiera de lo que estaba por venir.
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