martes, 18 de febrero de 2014

Viaje a Hong Kong: Falun Gong, la secta maldita en China


Por las calles de Hong Kong se multiplican los grupitos de protestones. A las puertas del templo de Wong Tai Sin uno destaca especialmente porque ya he visto otros similares repartidos por las calles de la ciudad. Son los seguidores de Li Hongzhi que protestan por la persecución que sufren en la madre China. 'Pero esto es China', le digo a la chica que me habla de terribles torturas y ensañamientos de los policías en Pekín. 'Todavía no es la China que conocemos', asegura Ying, una adepta a Falung Gong, o Falung Dafa, una disciplina que no sé muy bien si encajar en el concepto secta o en la idea de filosofía y que significa 'Práctica de la La Rueda de la Ley'. 'Verdad, benevolencia y dejar hacer', me indica Ying, todo sonrisas mientras me atosiga con trípticos en inglés. 'He venido desde Taiwán para protestar por la persecución que sufrimos', insiste y pienso en cuán lejos se va esta chica para hacer guardia en la calle.

Falung Gong por Hachero

Li Hongzhi era un guardia de seguridad de una empresa de alimentación en la lejana ciudad de Changchun que un buen día, en 1992, dio a conocer un método de enseñanza basado en los principios universales de la verdad, la compasión y la clemencia. Afirmaba que se trataba de una práctica espiritual y apolítica de raíces ancestrales que podía aportar equilibrio físico y psíquico.

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Cortesía de http://www.bible.ca/falun-gong-falun-dafa-zhuan-falun.htm

El puntito del segurata debió caer en su desinterés por lo mundano y su desprecio a la organización y al enriquecimiento a través de la enseñanza. Sin embargo, el hábil Li se hizo millonario pero a través de los derechos de autor de sus libros y a sus conferencias por medio mundo. Su sistema comenzó a orbitar alrededor de su libro Zhuan Falun, que se extendió como la pólvora y pronto estuvo traducido a 17 idiomas. De pronto, el carismático Li tenía un ejército de más de 100 millones de adeptos de toda edad y condición, le llovían peticiones de gentes de hasta 40 países y la paz que pregonaba se volvió entonces un infierno.

Falung Gong por Hachero

¿Su crimen? ¡¡Había sobrepasado el número de miembros del partido comunista!! La cúpula del PCCh lo vio entonces como una amenaza y comenzó a sospechar que tras la filosofía buenista se escondiera un grave desafío a la ideología del poder. Li, que podía ser un místico pero no un tonto, se instaló en Nueva York y el gobierno de Pekín lo denunció a la INTERPOL. Una petición que no cuajó porque la policía no es tonta, que dice aquel, y las motivaciones chinas se basaban exclusivamente en ideología política. Li Hongzhi tuvo entonces que esquivar no sólo diatribas envenenadas sino asesinos a sueldo enviados por las autoridades chinas, una persecución atroz de sus seguidores y la prohibición de su obra en toda la China. Claro que Hongzhi llegó a considerar que el conflicto que le enfrentaba al gobierno era una manifestación del combate ancestral y atávico entre el Bien y el Mal y en alguna ocasión incluso pidió a sus seguidores, desde Manhattan, que se enfrentaran al todopoderoso partido comunista chino, cosa que no puede ser calificada más que como locura desesperada (hay quien dice que es la CIA la que mueve los hilos de la gran estructura de Falun)

Falung Gong por Hachero
Falun Gong es la rueda de la ley y mezcla símbolos taoístas y budistas, con un Wan, o cruz gamada, rodeada de esvásticas girando y signos del ying y del yang: para Li Hongzhi se trata de una miniatura del universo...

Por eso Ying protesta y hace proselitismo en Hong Kong: porque es China y, al tiempo, no lo es. En la madre patria sus obras se queman, al menos 50.000 practicantes de Falun Dafa, como también se lo conoce, están presos en campos de trabajo sin juicio previo, otros mil seguidores han terminado en psiquiátricos y, que exista constancia, han muerto más de 200 a resultas de las torturas. Una persecución implacable que ha vuelto aún más místico al señor Li: 'no nos oponemos al gobierno en la actualidad ni nos opondremos en el futuro', escribió, 'otras personas tal vez nos traten mal pero nosotros no tratamos mal a nadie ni tratamos a las personas como enemigos'. La represión es tan fuerte que Li Hongzhi tiene el reconocimiento del Parlamento Europeo y fue nominado en 2001 incluso al premio Sajarov a la libertad de conciencia: pincha aquí

Hong Kong por Hachero

Lo curioso, comenta Ying, es que hasta el momento en el que los adeptos se multiplicaron como esporas, el Fadung gozaba del apoyo de las autoridades chinas, que incluso le otorgaron los permisos para existir como Chi Kung, que es una diversidad de técnicas relacionadas con la medicina china tradicional que comprenden mente, respiración y ejercicio físico, unas técnicas envueltas en tradiciones budistas y taoístas, de las que bebe para alcanzar la iluminación del Buda. El caso es que permanece en un limbo oscilando entre los ejercicios respiratorios, tradición china, movimiento espiritual y hasta nueva religión. Los principios a los que alude Li pasan por la renuncia a los apegos terrenales como los celos, la ostentación, la fama, la ira, la lujuria, la avaricia o la competitividad.

Falung Gong por Hachero

Los excesos con los que las autoridades chinas han tratado a los seguidores de Li provocaron en 2009 juicios por genocidio en Argentina y en España, siguiendo los principios de la justicia universal. El proceso argentino sigue activo, a pesar de las protestas del gobierno chino y de las risas que provocó entre su nomenclatura la orden de detención del entonces presidente Jiang Zemin, y sigue activo a pesar de que las presiones lograron su objetivo y suspendieron temporalmente la requisitoria. Desde abril de 2013 el caso vuelve al juzgado federal Nº9, de Buenos Aires, aunque todos podemos intuir que no irá demasiado lejos.

Fagun Gong por Hachero

Sus críticos dicen que corría el año 1988 cuando Li aprendió el Chanmi Gong y el Jiugong Bagua Gong, métodos de meditación que combinó con pasos de baile tailandés y a los que unió en un cuerpo doctrinario en el que mezclaba el fin del mundo con la perfección y las energías mágicas. De hecho, según recoge este artículo: La perversión ideológica Falun Gong, el propio Li se define 'predestinado' y 'dotado de poderes mágicos, con capacidad de mover e inmovilizar objetos sin tocarlo, poseedor de control mental y de la facultad de hacer invisible su cuerpo'. Y no es uno de los Cuatro Fantásticos sino Li Hongzhi. Sus detractores le acusan de haber lavado el cerebro de miles de acólitos que rechazaron las medicinas tradicionales y hasta aseguran que son cientos los que han muerto por este empecinamiento o por automutilarse en pos del nirvana. Claro que también dicen que las autoridades chinas luchan denodadamente por evitar que los acólitos sigan haciendo memeces y entra en directo conflicto con la visión que ha dado incluso el Parlamento Europeo. Lo que sí parece más extendido es la homofobia que destila el tal Li Hongzhi, y que ha dejado caer en varios de sus discursos. Las acusaciones llegan incluso a calificarlo de 'poderosa arma de la CIA'  contra el gobierno de Pekín y defenderlo o acusarlo parecen también dentro de la rueda mágica del Falun Gong, una idea que genera polémica y discusiones según quién las mencione.

Unknown


Sea como sea, Ying se despide con una sonrisa, 'sólo buscamos la felicidad, no creo que sea tan grave', me comenta, y yo la miro con pesar porque la felicidad, como dijo Antonio Gala, no es otra cosa que darse cuenta de que nada en este mundo es demasiado importante....

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Viaje a Indonesia: en las campos de té de la isla de Java


Cada vez que un inglés se sienta a las cinco de la tarde para tomar su tradicional té o que un marroquí organiza un sarao con la tetera del abuelo y manojos de menta, resuenan los ecos de Shen Nung en alguna parte del universo más olvidado. Porque, dicen las leyendas y confirman las crónicas, o tal vez al revés, tres siglos antes de que naciera Nuestro Señor Jesucristo el emperador tuvo un pálpito y prohibió a sus súbditos, que ya eran legión en aquel momento, que bebieran agua sin hervir porque el agua sin más era fuente de enfermedades. Y dice más la leyenda: que una hoja voló caprichosa para posarse suavemente en la taza con agua hervida que el emperador, Shen Nung, se disponía a beber y que la hoja desprendía buen olor y buen color y que cuando el emperador dio el primer sorbo descubrió albozorado que también tenía buen sabor. Dicen los chinos que así nació el té y que corría el año 250 A.C

campos de té por Hachero

Los indios de la India, el otro gran poder del continente asiático, desmienten categóricos esta versión y se inclinan por su gran Bodhidharma, el Buda para los profanos, y aseguran ellos que este hombre santo mascaba las hojas del té para estimular su mente y dedicarse sin cansancio ni distracciones a la meditación que le dio fama y seguidores.

campos de té por Hachero

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Fuere como fuere, y fuera quien fuera, los datos históricos más fiables hablan del Ch'a de los chinos como origen de una bebida que ya era conocida en los tiempos de Confucio, allá por el 550 antes de Cristo, anterior incluso a su propia leyenda, una bebida tan popular que antes del primer milenio de nuestra era ya se había convertido en la bebida oficial de China.

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Los europeos tardamos algo más en descubrir las bondades del té. Concretamente, siete siglos, un periodo durante el que los europeos degustaban vinos y zumitos y agua pero nada de té ni de café: qué mundo tan diferente, ¿¿cómo se despertarían nuestros antepasados?? ¿¿en qué mojarían el mollete y las galletitas??

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En el siglo XII el italiano, o croata, Marco Polo ya supo de cómo se las gastaban los chinos cuando en 1285 el ministro de finanzas chino sufrió la ira del pueblo y terminó siendo destituido por una arbitraria subida de los impuestos del té. Para reportes más sesudos y minuciosos hay que trasladarse ya al siglo XVI, cuando los portugueses establecieron su puerto de Macau y dieron a conocer la palabra t'cha. Sin embargo el té no debió de parecerles siquiera comparable al vino de Oporto y dejaron pasar un negocio que sí vieron los holandeses unas décadas más tarde, cuando un barco de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales llevó el primer cargamento de hojas verdes de té a Amsterdam. Y ya de ahí, se expandió en todas direcciones. En 1684 los holandeses plantaron las primeras matas de té usando semillas japonesas de una variedad de té chino. Los dutchs ya controlaban el comercio del té desde 1610 con sus envíos a los países Bálticos, Francia y Holanda, sobre todo, con lo que se convirtió en la primera potencia de té del mundo en su época hasta que los británicos les arrebataron el negocio y el honor con sus grandiosas plantaciones de la India y Ceilán, y la fama que se llevó esta última.

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Mi amigo Andrea Peresthu quiere enseñarme una plantación de té. Está en la isla de Java, en Indonesia, en los alrededores de Bandung, y no es cualquier cosa porque Indonesia es el octavo productor del mundo, con más de 142.000 toneladas de esta suave hoja, una cifra que parece una minucia comparada con China, que produce nada menos que un millón seiscientas cuarenta mil toneladas, o la India, que se acerca al millón. Kenya también destaca en el puesto tercero, extrañamente, pienso yo, seguida por Sri Lanka, Turquía, Vietnam e Irán. Una posición que no es precisamente relevante y por un sencillo motivo: las extensas superficies dedicadas a la plantación de la hoja del té se siembran de palma africana para producir biodiésel (como en Colombia: pincha aquí para verlo), una pena porque se trata de un té tan reconocido que el 65% de la producción nacional se destina a la exportación. Indonesia exporta su té a Rusia, Gran Bretaña y Pakistán y proviene de grandes plantaciones, como esta en la que me encuentro, un producto que trae más quebraderos de cabeza a los empresarios que otra cosa porque depende mucho del mercado internacional y cualquier exceso de producción en China, por ejemplo, provoca caídas brutales del precio y ruinas generalizadas entre esta gente. Lejos quedaron los tiempos en los que Indonesia alcanzó la cuarta posición mundial, justo antes de que los japoneses invadieran toda la fachada pacífica del continente y mandara a hacer gárgaras todo el sistema establecido. Y eso que  el consumo mundial de té crece un 4% anual, lo que hace del negocio, en teoría, una buena inversión. Y que los indonesios beben abundantemente una bebida llamada Teh Botol, que no es más que té embotellado, que tiene fama mundial, el TEH BOTOL

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Sin embargo, los trabajadores del té que sonríen ante mis narices tienen la fama de ser, junto a los textiles de Bangladesh, de los peor pagados del mundo. Sólo una cuarta parte de lo que ganan sus compatriotas, según Oxfam y la Ethical Tea Partnership, que es ya de por sí bastante poco (no llega a 80 dólares al mes) y que afecta a nada menos que 300.000 empleados

campos de té por Hachero
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El Banco Mundial sitúa en los dos dólares diarios el salario de pobreza y en 1,25 dólares el sueldo de pobreza extrema. En Java muchos de estos trabajadores no sólo reciben sueldos miserables sino que, como si fuera poco, las prestaciones en especie y las remuneraciones no salariales (comida, alojamiento o combustible) son una parte significativa del sueldo. Lo sueldos en Indonesia según OXFAM están por encima de los umbrales internacionales de la pobreza pero son bajos en términos relativos: peor están los empleados del té en Malawi, donde el trabajo no da para sobrevivir. Pobre consuelo, concluyo mientras me despido de los simpáticos braceros embadurnado en un fino olor a té verde. Trabajar para no morir para seguir trabajando y no muriendo.

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Viaje a Cachemira: en los hoteles flotantes del lago Dal


En el lago Dal se mece el palacio de Buckingham al ritmo de las olas de unas pequeñas canoas que aquí conocen como shikaras. Pero se equivoca el que espere que Elizabeth, la reina, se asome altiva a un balcón porque el palacio de Buckingham del lago Dal tiene proa y popa, quilla y puente, y es más bien barco que palacio, aunque sea un barco palaciego y con pretensiones británicas. Y además de todo, es New, lo que indica claramente que en algún lugar se pudre el casco de madera de un Buckingham Palace anterior. Porque la huella inglesa en las montañas del norte de la India aún permanece en las riberas del gran lago de Srinagar, la capital de Cachemira, y porque los hoteles y ciertas casas siguen aún las costumbres que dejaron aquellos en la región. Los hoteles flotantes se construyen con madera de cedro y con una eslora que oscila entre los 38 metros de largo y los 24, y una manga que va de los 3 metros hasta los 6, dependiendo de lo que se quiera conseguir en su interior.

cachemira por Hachero

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Y en el interior de mi hotel flotante se ha conseguido el bizarro aspecto del lujo asiático. Un largo pasillo distribuye las habitaciones entre abigarradas telas y techos minuciosamente tallados, las ventanas ofrecen la extraña perspectiva de un muelle habitacional que separa los hoteles a base de flores de loto, pareciera que sirvieran de sendero milagroso, pero no, y pareciera también que un ejército de modistas y tallistas hubieran trabajado hasta la extenuación para que el visitante siente un lujo decadente en cada rincón y en cada detalle. Y es que hasta los lotos son demasiado perfectos para este remoto rincón del mundo.

cachemira por Hachero

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Dice la historia que allá por el siglo XIX el Raj del lugar temió una invasión de británicos armados con cestitas de picnic tras comprobar que aquellos blancuchos sonreían desmesuradamente cuando entraron en la ciudad. ¡Un lago con una temperatura agradable y hermosas montañas! ¡Con el calor tan espantoso que soportaban en Delhi! Los ingleses husmeaban las orillas, soñaban con reproducir casitas de estilo victoriano en las afueras de la ciudad, se veían imitando la vida inglesa con el estilo inglés, trajes ingleses y hasta temperatura inglesa: basta de la telas livianas, ya está bien de sudar como coolies, queremos tiritar de frío, Srinagar podía ser ese Shangi La del que vacilaba todo asiático.

cachemira por Hachero

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Sin embargo, el Marajá, temiendo lo peor, lanzó una orden que al tiempo era una prohibición: los extranjeros no podían tener tierras en Cachemira. Pero los británicos, que son muchas cosas pero tontos precisamente no, se lanzaron a remodelar los clásicos Dunga, unos barquitos de recreo tradicionales en la zona, y se afanaron en añadirles camarotes para que acogieran a las familias al llegar el momento del descanso. Claro que a los ingleses les fue bastante bien en la India, su colonia más rentable, y aquellos ridículos barquitos fueron creciendo en eslora, en camarotes, en pasillos, en muebles recargados, en cojines cosidos a lujosas telas de kashmir, en chales de pashmina, en alfombras que ocupaban un salón entero. Los ingleses burlaron la orden del Rajá pero sus barcos eran aves sin alas: no podían navegar sin poner en peligro el impresionante muestrario de oropeles y joyas de museo que contienen.

cachemira por Hachero

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Claro que no todos los hoteles son iguales y que la categoría de cada uno excede la comprensión occidental. Los hay que parecen más desvencijados, los hay que parecen más elegantes, los hay que necesitan una manita de pintura y otros que deslumbran desde la distancia, pero es difícil que uno pueda orientarse con la simple mención de su categoría: los hay de primera clase y también de segunda clase, pero también se ofrecen de lujo, que no sabría diferenciar de la primera clase, y también de 'superlujo', que yo, que estoy en uno de clase media, no puedo ni imaginar porque mi habitación ya me parece de Marajá, con su enorme cama apta para orgías gripales y ese baño que guarda reminiscencias de Agatha Christie con su bañera sostenida en cuatro doradas manitas de león con las garras desgastadas...

cachemira por Hachero

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Junto al Kashmir Hilton descansa en su amarre el Duke of Windsor. Y así, hasta ochocientos, más o menos, el parque de casas flotantes que reposan en las orillas. Los británicos no dejaron nunca de venir, aunque ahora lo tengan especialmente complicado debido al conflicto que enfrenta a la India con Pakistán. De hecho, dicen que en 1966 George Harrison aprendió a tocar en uno de estos curiosos hoteles el sitar, de la mano de Ravi Shankar, lo que propagó la fama de estas casa flotantes y atrajo a miles de fans deseosos de probar todo lo que hiciera el autor de My sweet Lord, además de situar el lago Dal en el mapa de los hippies que recorrían la región por aquella época. La visita de personajes ilustres es un argumento más de los alicaídos hosteleros: por el hotel Chicago pasó Indira Gandhi, en el Butt's Clermont el potentado Nelson Rockefeller y la escritora Arindhati Roy, por aquel de allí se enorgullecen de una dedicatoria del senador norteamericano John McCain... No es de extrañar porque los locales aseguran que por este lago pasó incluso Nuestro Señor Jesucristo....

cachemira por Hachero

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De la pobre Cachemira, que fue un centro turístico de primera magnitud en la India, y que sufrió la calamitosa comparación con Suiza ('la Suiza de Asia', la llamó algún malintencionado que debía de saber por fuerza que todas las suizas paralelas del mundo terminan en tragedia: Cachemira, Líbano, Ruanda...), apenas quedan imágenes bucólicas y románticas, las de un bonito lago surcado por coloridas canoas y rodeada de barcos con extravagantes nombres y cargas. Hoy, la Suiza asiática es un pequeño infierno al que todas las embajadas ruegan con insistencia no visitar, un escenario de luchas entre muyahidines pakistaníes y soldados hindúes donde no son extraños los coches bombas y los atentados religiosos, uno de los posibles teatros para una guerra nuclear y una región en la que todos decían haber visto a Bin Laden escondido en algún sitio (ya no, obviamente).

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El turismo, no obstante, parece que vuelve, tímido y timorato, aunque usted, turista intrépido que se aventura a semejante lugar: cuide no tanto la labor de los terroristas, a los que usted importa poco, sino de los locales sacamantecas (jamás pise el hotel Boktoo si en algo estima su integridad psíquica: por tener incluso tiene un niño esclavo) y a los avispados comerciales que siempre tienen un primo con barco (porque estará en la periferia de la ciudad y se perderá los paseítos por los barrios más coloridos o necesitará vehículo para todo).

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